El otro día fui a comprar unos bollos a una panadería. Mientras me atendía la dependienta, un señor ya mayor, nos interrumpió, dejó su moneda en el mostrador y dijo:" Oye, ponme una barra de pan". A lo que la chica le respondió: "Estoy atendiendo, cuando termine me pongo con usted". El hombre, bastante enfadado dijo: "Entre que se decide y no, ya me has puesto la barra, me la das y ya está". La chica que ya no sabía que decir, me miró y terminó de atenderme. Cuando cogí mis cosas, miré al hombre y sin alterarme en absoluto le dije: Señor, saber esperar es uno de los aprendizajes más valiosos en la vida". Se quedó callado y luego dijo refunfuñando entre dientes " sí, sí, saber esperar".
Por eso el post de hoy lo dedico a esto: enseñarles a los niños a saber esperar.
La cosas en la vida a veces tardan en llegar, en ocasiones ni llegan.
En esta sociedad de la inmediatez, la prisa, la respuesta automática, es preciso trabajarlo más que nunca.
Hablando con muchos papás y mamás es de las cuestiones que más les cuesta con sus hijos.
Si no lo trabajamos pueden surgir las siguientes dificultades:
- Niños con baja tolerancia a la frustración: Esperar también implica frustrarse, pues no tenemos lo que queremos en el momento. Niños que están acostumbrados a la respuesta inmediata, verán esto como algo normal, lógico y cuando dejen de tenerla mostrarán su enfado a través de rabietas, llamadas de atención... con el fin de poder conseguir eso que quieren lo antes posible.
- Tardía aparición del lenguaje: En ocasiones, no sólo respondemos automáticamente a sus necesidades o peticiones sino que las anticipamos: les damos agua antes de que intenten pedírnosla, les resolvemos situaciones sin dejarles que las resuelvan por sí solos y si no lo consiguen nos pidan ayuda...etc. Esto hace que anulemos una función primordial del lenguaje: expresar nuestras necesidades. Si no necesito pedir nada porque antes de que lo intente ya me lo dan, para qué voy a utilizar el lenguaje. Debemos crear los ambientes y situaciones adecuados para estimularlo, para que realmente fomentemos la autonomía e independencia del niño con respecto al adulto.
- Padres esclavos de las demandas de sus hijos: "Quiero ver la TV a las 4 de la mañana". Quizás pueda parecer que es más fácil dejar que lo haga y ya está. Así el niño no nos molesta, se queda viendo la TV y seguimos durmiendo. Pero esto trae graves consecuencias, si no hay límites, si no somos capaces de decirles un "ahora no es el momento, ya sabes que la vemos un ratito después de..." entraremos en una rueda de peticiones cada vez más exigentes que no sabremos cómo parar.
¿Cómo podemos hacerlo?
- Razonar por qué no podemos atender a su petición. Todo tiene una razón y, si se la explicamos, aunque puedan no estar de acuerdo le estamos dando una respuesta coherente que describe la línea educativa que queremos seguir. Por ejemplo: Quiero comerme un caramelo (antes de cenar) Respuesta: No puedes comerte ahora un caramelo porque vamos a cenar y es mejor que comas primero la comida, después puedes tomártelo.
- No responder automáticamente a sus demandas si no podemos. Si estamos haciendo algo en casa, terminando alguna actividad, no tenemos por qué parar y atenderle si no es urgente. Lo correcto es decirle: "Jorge, cuando termine de hacer esto, te atiendo y me comentas qué necesitas"
- Que realmente vean que algo les cuesta conseguirlo. "Quiero una bicicleta verde" Respuesta:" Si quieres la bicicleta podemos ir ahorrando poco a poco hasta conseguirla. Si ayudas en casa te daré una propina para ayudarte a comprarla."
- Dar ejemplo. Si yo no acepto esperar, le exijo que termine las cosas en el tiempo que yo marco, si no respeto su ritmo, no puedo pedirle que él lo haga. Actualmente, existe mucha competencia con los niños. "Mi hijo sabe leer con tres años" "El mío se sabe todos los colores en inglés y en español con dos" Y parece que todos tienen que conseguir ciertos aprendizajes antes que los demás. Démosles su tiempo, respetemos su desarrollo. Quizás..... sólo tenemos que esperar.
"Hay que saber esperar. La paciencia te lleva a la grandeza" Buda.
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