"Cariño, ¿con quién hablas?" dice la madre. " Con mi amiga Elsa" dice la niña de 4 años.
La madre no ve a nadie al lado de su hija y se plantea lo siguiente:" ¿tendrá un trastorno psicológico? ¿es normal? ¿tiene alucinaciones?¿ lo hace para ver cómo reacciono?"
Lo que puede no conocer esta madre, que probablemente sea una más de much@s padres/madres, es que su hija tiene un amigo imaginario. Según algunos estudios alrededor del 60% de los niños tendrá uno a lo largo de su infancia. En unas ocasiones, será una etapa pasajera y, en otras, se presentará en varios momentos de la misma.
Pero, ¿es algo de lo que debemos preocuparnos?
El que un niño en algún momento de su infancia entre los 2 y los 7 años tenga un amigo imaginario, en principio, es algo normal. Coincide con la etapa preoperacional de Piaget que, entre otras cuestiones, se caracteriza por el pensamiento mágico, que hace que el niño tenga la necesidad de crear un mundo de fantasía paralelo hasta que sea capaz de comprender y asumir la realidad. Está comprobado que suele ocurrir más a menudo en niños con una alta creatividad.
Es otra manera de vivir la amistad, de expresar sentimientos y emociones, que a veces les cuesta transmitir.
¿Cómo debemos actuar?
Los padres debemos actuar como meros observadores: sin romper esa magia, pero tampoco fomentarla en exceso.
Y como observadores, nos va a servir para ayudar a conocer los sentimientos, pensamientos y necesidades de nuestros hijos que, quizás de otra manera, no conseguiríamos descubrir. Sus conversaciones con él serán fundamentales en este aspecto.
Por otro lado, si el niño comienza a aislarse, a preferir la amistad de este "amigo" a jugar con otros niños, le hace comportarse de forma violenta, le echa la culpa de sus propias acciones eludiendo su responsabilidad o va más allá de los 8 años...Ahí es donde debemos intervenir.
La ayuda de un profesional puede ayudarnos; porque, a veces, puede estar escondiendo sentimientos de ansiedad, ira o soledad.
Es importante saber que no está comprobado que los hijos únicos tengan una mayor necesidad de crear su "amigo imaginario", es algo más relacionado, como he comentado antes, con la creatividad.
Por tanto, podemos ayudar a nuestr@ hij@ a fomentar ésta a través de otros recursos como son: la pintura, la danza, el modelado, la música, la escritura...
El juego en los niños nos puede dar muchas pistas de lo que les preocupa y lo que no vemos de su mundo interior, observar sin intervenir puede sernos de ayuda a padres y profesionales.