Dormir fuera de casa puede ser una gran oportunidad para l@s niñ@s para confirmar su independencia con respecto al adulto, asumir un nuevo reto y vivir otras situaciones diferentes que les sacan de la rutina.
Pero, ¿cuándo es el momento ideal para irse a dormir a otra casa?
No hay una edad concreta sino que está más relacionado con:
- El nivel de autonomía del niño. Siempre es mucho más sencillo para el niñ@ si sabe vestirse sólo, controla esfínteres, es responsable de sus cosas… pues así no tendrá que depender en exceso de las personas con las que se quede, cuando es una familia fuera de la suya propia. Una excepción es si se queda en casa de los abuelos con los que tiene mucho trato, pues todo será más natural y ambas partes sabrán cuáles son las necesidades del pequeñ@.
- Si previamente se ha establecido un apego seguro. Niñ@s que están sobreprotegidos, muy dependientes puede que no lo vean como una experiencia positiva. A la vez, los padres y madres de éstos también suelen mostrar mucha ansiedad al respecto y acaban por no animarles a que lo hagan o transmitiéndoles esa inseguridad, en vez de que lo vean como algo positivo.
- La personalidad del niño. Si se muestran como niños y niñas más tímidos puede que les cueste, no sólo el juntarse con otros niños, sino gestionar el si les surge cualquier imprevisto o tienen que pedir ayuda.
- Si conoce a la familia con quien se va a quedar a dormir. Si forma parte de su círculo habitual, será más fácil para ellos, si son sus primeras experiencias. De todas formas, a medida que vayan asistiendo a más situaciones como esta se sentirán cada vez más cómodos.
- Si ha tenido experiencias previas satisfactorias. Lo ideal es que primero se quede con las personas que son de su entorno habitual, que les hayan cuidado en otras ocasiones, a ratos ( abuelos, tíos…) y después ya se queden en casa de los amigos.
¿Qué puede aprender de esta experiencia?
- Solucionar conflictos por sí mismo. Al no tener la figura de referencia como son los padres para resolverlos tendrán que gestionar la situación ellos solos.
- Adquirir recursos de relación social. Seguramente haya niños o mayores que a lo mejor no conozca y con los que se relacionará, ampliando de esta manera su círculo habitual.
- Reafirmarse como persona única e independiente de sus padres. A ellos también les gusta hacer cosas sin nosotros, eso les hace sentirse mayores.
- Superar miedos viviendo una experiencia positiva. A la oscuridad, a dormir en otra cama,…etc. Aunque nos pueden ayudar objetos de apego o familiares como su manta, su almohada, una luz para dormir… etc.
Es fundamental dar información a la familia que acoge al niñ@ sobre sus necesidades, gustos o dificultades para ayudarle.
En definitiva, dormir fuera de casa puede ser una experiencia que le ayude a madurar y adquirir nuevos recursos y conocimientos.
Espero que os haya resultado interesante el post y os ayude a muchos de vosotros.
Os voy a hacer una sugerencia al respecto por si pensáis invitar a peques a vuestra casa:
Hace poco conocí una manera muy original y positiva de planificar esta experiencia: En el cumpleaños de mi hija mayor, pensé qué hacer que la hiciera ilusión y lo que siempre me ha dicho es que le encanta ir a dormir a otras casas y que vengan a dormir sus primas, sus amigos…etc. Así que me puse en contacto con https://www.ponleuntipi.com/ . Ellos me prepararon todo y la fiesta resultó un éxito.
Yo no conocía esta posibilidad y como nuestra experiencia fue muy buena os la recomiendo.