Caso real: Familia comprando en un centro comercial. El niño de dos años se tira al suelo porque quiere montarse en los caballitos y comienza a llorar, gritar, patalear, ante el asombro y la vergüenza de sus padres. Los padres ceden y le dan lo que quiere para pasar desapercibidos del resto y que el niño no les moleste. Conclusión: la próxima vez lo hará igual...o peor.
Las rabietas forman parte de la vida de las familias. Suelen ser etapas que pasan los niños y son normales en su desarrollo.
Concretamente, hay una etapa en la que son protagonistas, lo llaman " la primera adolescencia" ( 2-3 años)
http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/07/la-primera-adolescencia.html.
¿A qué se deben?
- Reafirmación del "yo". Cuando el niño se va viendo más independiente y autónomo con respecto al adulto, necesita imponer su criterio y decidir con respecto a sus experiencias. Si no se sale con la suya lo intentará de todos modos y las rabietas son muy incómodas para los adultos.
- Baja tolerancia a la frustración: No podemos olvidar que esta etapa que viven se caracteriza por ser egocéntrica y quieren las cosas "aquí y ahora". Pero para eso estamos nosotros para educarles y sacarles de ese egocentrismo.
- Falta de recursos. Aunque parezca un recurso muy bueno, desde su punto de vista, lo cierto es que actúan así porque no saben hacerlo de otra manera. Debemos darles alternativas (negociación, pedir por favor,...)
- Experimentación. A esta edad van siendo conscientes del poder que ejercen sobre el entorno y, por ello, van a probar qué es lo que sucede cuando reaccionan de una u otra manera. En función de la respuesta que obtengan repetirán la conducta o la extinguirán.
- Son un recurso que han utilizado y les ha funcionado en otras ocasiones. Por lo comentado en el punto anterior.
- Resultado de un modelo educativo erróneo. Si ellos ven que nosotros gritamos, tenemos conductas agresivas, actuarán de la misma manera, viéndonos también aprenden y tienden a imitarnos.
- Olvidarnos de lo que opinen los demás. Los niños aprovechan esas situaciones que pueden resultarnos más incómodas para utilizar este recurso.
- Intentar llevarles a algún sitio sin tanto espectador. Para poder hablar con él tranquilamente y no llamar la atención más de lo necesario.
- Dejarles tranquilos. Deben tranquilizarse solos y si les estamos continuamente preguntando o prestándoles atención sin darles lo que quieren, sólo lo empeorará. Además en ese momento no atienden a explicaciones.
- Seguir realizando la actividad que estábamos haciendo antes. No confundamos las rabietas con llorar porque les pase algo, estén tristes... Evidentemente, ahí si debemos preguntarles, prestarles la atención necesaria y ayudarles a que expresen lo que sienten. en el caso de las rabietas, lo que quieren es llamar la atención y conseguir su objetivo. Por lo tanto, si cedemos o si les prestamos demasiada atención y consiguen interrumpir nuestra dinámica, lo volverán a repetir.
- Cuando se les haya pasado o estén más calmados, hablar con ellos. Aclarar de qué manera pueden pedir o hablar las cosas la próxima vez, llegar a un consenso, hacerle ver qué esa no es la forma de actuar y que es mejor hablar calmados.
- Premiar las conductas positivas al respecto. "has sido capaz de calmarte" " mira qué bien, cómo sabes pedir las cosas" "eres un/a campeón/a"
Si hay alguna experiencia que queráis comentar en los comentarios... Adelante!!!!