Cuando un niño
alérgico o intolerante llega a una clase, para el maestr@ viene una
preocupación añadida. Una alerta que permanecerá a lo largo del
curso y que es necesaria para la atención individualizada de este
niño.
Pero no nos debemos
dejar llevar por el miedo y debemos continuar nuestra práctica
docente de manera que esta situación se normalice.
Me consta que hay
centros en los que el momento de la comida se convierte en una
sociedad de “pequeños guetos” de celíacos, alérgicos a los
frutos secos, al pescado, la leche, el huevo...y el resto. Les tienen
en mesas separadas de los demás compañeros para un mayor control.
Pero no debemos
olvidar que uno de los objetivos principales de la educación es la
de socializarse y realizar estas prácticas puede considerarse
discriminación con respecto al resto del grupo.
En el artículo que
escribí hace tiempo se ve plasmada esta manera de actuar al respecto
y doy consejos que os pueden ayudar.
http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/09/las-alergias-e-intolerancias.html
A continuación,
planteo propuestas para trabajar con estos niños normalizando la
situación:
-
no separarles, pero tenerlos localizados. Que se sienten en el mismo sitio siempre y ponerles al lado de ” alumnos de confianza” que tengamos una mayor seguridad que actuarán correctamente (no compartirán la comida, ni se cambiarán los cubiertos)
-
hacerle responsable. Debe ser consciente de sus
características personales y, en consecuencia, actuar de manera
responsable. Aprender a decir no si le ofrecen, preguntar siempre
que le pongan un nuevo alimento, insistirle en que consulte al
tutor\a si puede comer lo que le han puesto, aunque otras veces lo
haya comido, que sepa donde están sus cosas (alimentos,
medicamentos) por si viene una persona que no es la habitual en el
aula...
-
Informar a todos los agentes educativos de la situación
-
Explicar a los compañeros la importancia de ayudar a ese niño y cómo pueden hacerlo.
Lo que planteo se
puede hacer porque yo lo he hecho durante mucho tiempo a lo largo de
mi carrera. De hecho, solían ponerme de manera consciente a estos
niños porque era muy minuciosa en mi actuación y, como he dicho, lo
más importante, la normalizaba.
Espero que este
artículo os sirva de reflexión y os haga crecer como profesionales
y/o como personas.