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martes, 19 de mayo de 2020

Cómo ayudar a superar el miedo a salir por el coronavirus en l@s niñ@s

Muchos de vosotros me habéis comentado que hay peques que no quieren salir a la calle por miedo a coger el coronavirus y, dadas las circunstancias, es totalmente normal y comprensible, teniendo en cuenta que:

- Cada día reciben información al respecto, directa o indirectamente que puede ser de hechos negtativos (en las noticias, conclusiones que sacan de nuestras conversaciones, cuando hemos hablado con ellos sobre el tema, noticias de algún familiar o conocido que lo tiene, algún fallecido del que nos han dado la noticia...). 
- La situación familiar, aunque se intente llevar lo mejor posible, refleja, estrés, incertidumbre,... Sinceramente, ahora mismo no podemos hablar de conciliación. Lo que tenemos ahora es un " potaje" de niños, casa y trabajo sin delimitación ni en el espacio ni en el tiempo, todo está muy difuso...
- Para las salidas hay una serie de limitaciones que les hemos tenido que explicar, que son nuevas para ellos y que se basan en un contexto muy diferente al que estaban acostumbrados, enviándoles el mensaje implícito de "¡Cuidado que...!"
- Nuestros hábitos han cambiado, en algunos casos, si salimos y tocamos algo, nos tenemos que lavar las manos, cuando vamos fuera de casa y volvemos también, ya no sólo cuando vamos a comer o vamos al baño... vamos con mascarilla y no nos la podemos quitar, ni tocar.  Cuanto menos, extraño para ellos y sospechoso.
- Les advertimos que si vemos a un amigo, no se pueden acercar, le pueden saludar desde lejos, pero no podemos jugar con él,...todo muy raro...

Ante esta situación, podemos ponernos en su lugar y no es raro, en absoluto, que haya personas y, en este caso, niñ@s que no quieran salir de casa. Lo llaman el "síndrome de la cabaña", pero es eso: miedo, ansiedad por no poder tener todo controlado si salimos. Por eso en casa,que es el entorno en el que han estado tanto tiempo y donde se pueden desenvolver de manera espontánea, se sienten protegidos.

Y si les pasa esto...¿Qué podemos hacer?

  • Comentarle que es normal tener miedo ante situaciones desconocidas, o diferentes a las que estamos acostumbrados, que el miedo es una emoción más y que tiene una función, que es la de protegernos, pero que no debe superarnos y que para vencer el miedo debemos hacer, precisamente, lo que nos da miedo. En este caso salir a la calle. Que vamos a respetar cómo quiere hacerlo pero que por eso nos podemos perder cosas bonitas, importantes, nuevas que en casa no vamos a vivir.
  • Respetar si no quiere salir. No hay que obligar, eso puede ser contraproducente. Debemos respetar hasta cuando esté preparad@. 
  • Animarle para dar pequeños pasos cada día. Lo que sí podemos hacer es animarle a que vaya avanzando poquito a poco. Un día, hasta le portal, otro nos quedamos un poquito en la acera de casa, al día siguiente cruzamos... Haremos una desensibilización, pero siempre respetando su ritmo, animando, pero no forzando.
  • Comentarle cuál va a ser la ruta previamente para que sepa por dónde vamos a ir. Esto le dará una mayor sensación de control. Según vaya avanzando podemos hacerle que sobre la marcha él decida por dónde vamos " ahora por aquí, ahora giramos..." Eso les va a motivar mucho porque es como un juego. Hasta que no haya que decirle nada y que disfrute sin más.
  • Motivarle con actividades que le puedan gustar, que le diviertan y se anime a salir para poder hacerlo y por otro lado le distraiga de esos pensamientos ( " me voy a contagiar") y vea que finalmente se lo ha pasado bien, a pesar de todo. "¿Y si jugamos a la rayuela?, ¿te parece bien que echemos una carrera a ver quién llega antes a...?el que gane elije qué cenamos. ¿Hacemos un dibujo de la flor que más te guste que veamos por el camino?". Si lo hacemos antes de salir le motivará y visualizará esos momentos divertidos.
  • Cuando volvamos, preguntarle si le ha gustado el paseo, que vea que no ha pasado nada por salir. Esto es muy importante, además al verbalizarlo, el cerebro guarda esta información y poco a poco irá asimilando que salir a la calle no es una amenaza real. ¿Ves como no ha pasado nada? ¿Te lo has pasado bien? Además podemos hacer  una lista cuando lleguemos a casa de cosas que nos han gustado: " he visto a mi vecino, me he reído cuando mamá me ha hecho cosquillas..." Guardaremos bonitos recuerdos. También si ha pasado mal rato, pero lo ha superado, decírselo y valorárselo "¿a que no ha pasado nada malo? Estoy muy orgullosa de tí, porque aunque has pasado miedo, te has enfrentado a él."
  • Elaborar una lista de cosas que hemos descubierto en nuestro paseo. Cuando salga verá que hay cosas de su entorno que han cambiado, que estamos en primavera y verá flores que antes no estaban, las nubes en el cielo que hacen formas...
  • Hablarle de la importancia de mover el cuerpo, correr, andar, saltar para su beneficio. "Para estar  sano, también es importante, correr, pasear, tomar el aire, que nos dé el sol..."y esto podemos hacerlo si bajamos a la calle.
  • Si ya salía y ahora no quiere...Le hacemos referencia a las cosas positivas y situaciones que le han sucedido cuando ha salido que le han gustado.
Es normal que, a lo mejor, lleve muchos días saliendo ya muy content@ y vuelva para atrás, ya que la evolución de las emociones no es lineal, es decir, pueden dar dos pasos adelante, luego dos para atrás... Tened paciencia y, sobre todo, poneros en su lugar, intentad verlo a través de sus ojos.


Estos son las pautas que os recomiendo seguir para que como padres y madres podáis ayudar a vuestr@s hij@s a gestionar la situación. Pero si véis que no mejora, que perdura mucho en el tiempo o que la angustia es excesiva, recomiendo consultar con un especialista que, además de acompañarnos en el proceso, lo puede hacer totalmente individualizado y adaptado a cada caso.

Espero haberos ayudado. 

Me encantaría que me escribierais vuestras experiencias al respecto en los comentarios.

Y recordad que Todo saldrá bien🌈

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martes, 14 de abril de 2020

Explicar la muerte a l@s niñ@s en tiempos de coronavirus


Me gustaría tratar otro tema que no fuera este, pero cuando hablamos de vida también debemos tener en cuenta la muerte y, lamentablemente, el momento que estamos viviendo hace que las noticias de personas conocidas y, en ocasiones, familiares que han fallecido en estos días a consecuencia del Covid-19 o por otras causas, sean habituales. La situación excepcional hace que el duelo se lleve a cabo de una manera diferente y, por ello, no podemos olvidar en cómo pueden vivir esto nuestros niños y niñas y cómo acompañarles y sostenerles en este proceso.

Si ha fallecido un familiar cercano, espero que este artículo pueda responder a esas preguntas que os estaréis haciendo:

¿qué hacemos?
¿cómo se lo explicamos?
¿estará preparado?
¿ qué recursos puedo utilizar?
“ yo también lo estoy pasando mal, ¿debe verme así?”

  • ·    En primer lugar, sed sinceros. No se lo ocultéis ni esperéis a que acabe todo para contarlo por miedo a su reacción, nosotros estamos para acogerla y validarla. Aunque se lo ocultásemos pueden ver que algo ha pasado pero no saben qué, observan nuestras reacciones, nuestro comportamiento y en el pensamiento infantil pueden llegar a la conclusión de que es culpa suya la situación. Por ello, lo mejor es contárselo, adaptándolo a la edad que tienen. Cuanto más pequeños la manera debe ser más sencilla, a medida que van siendo más mayores nos irán haciendo preguntas, que no debéis tener miedo a contestar y si no sabemos qué decir en ese momento ser honestos “ no lo sé”, pero no mentirles por edulcorar la realidad. Lo importante es que se sientan atendidos y escuchados. En los comentarios que pongáis si me dáis maás datos puedo daros pautas en función de cada situación particular.


  • No déis mensajes equívocos. Sobre todo lo que haga pensar al niño que la persona que ha fallecido va a volver. Por ejemplo: "se ha ido de viaje", porque es importante que sepa que no va a verlo más. No podemos generar esa expectativa en ellos. Lo ideal es decirles que se ha puesto muy, muy, muy malito ( hay que incidir en que es muchísimo para que no se piensen que cuando ellos se pongan malitos es que se van a morir) A mí me gusta utilizar la metáfora de que " nuestros cuerpos son como los coches que se van estropeando, hasta que ya no funcionan. A ….., no le funcionaron sus piezas". Estos mensajes son para los niños más pequeños porque a medida que van creciendo podemos hablarlo más claramente y sin metáforas.

  • Si ya sabemos que la persona va a fallecer, podemos prepararles para cuando llegue el momento. "El abuelito está muy malito...y no sabemos si vamos a verle más". De esta manera, no es una noticia que se da de repente, si no que se va preparando el momento.

  • Pueden tener diferentes reacciones al respecto:
    • que haya algún tipo de regresión ( se vuelvan  a chupar el dedo, pedir el chupete…)
    • cambios en el sueño, en la alimentación…
    • que muestren tristeza, ira, miedo
    • que reclamen más atención,
    • que no le den importancia en un principio, pero luego cambien su conducta.
    • que no quieran hablar de ello
    • que se obsesionen con el tema de la muerte, nos pregunten mucho sobre ella
Todas ellas forman parte del proceso del duelo en los niños pero, si vemos que perduran mucho en el tiempo, también podemos pedir ayuda especializada.

  • Tened en cuenta que ellos también son parte de la familia, no podemos mantenerlos al margen y, en la medida de lo posible, debemos animarlos a participar de los homenajes que hagamos a esa persona fallecida, pero también debemos respetar si no quieren hacerlo. Dadas las circunstancias, podemos ayudarles en el duelo con las siguientes alternativas para poder expresarse:

v Que le hagan un dibujo.
v Soltar un globo que llegue al cielo con un mensaje.
v Una carta los que sepan escribir o podemos escribir una juntos de despedida.
v Se puede hacer un funeral con la familia más cercana por videollamada y que ellos estén presentes.
v Se puede hacer un rincón del recuerdo con una foto, que le hagan un dibujo, lo decoren con cosas que le gustaban.
v Hablar sobre momentos vividos con esa persona, anécdotas positivas. Que no tengan la sensación de que cuando una persona se muere, desaparece sin más, que ya no se habla de ella, ni se la recuerda. Intentad que no sea un tema tabú y hablad lo que necesitéis sobre esa persona.


  • Mostrad vuestros sentimientos. Los niños tienen que ver que al igual que podemos estar alegres, podemos estar tristes. La vida es eso:  alegrías, penas, sorpresas, .... Llorad juntos, si así lo sentís. Es algo humano y lógico, dada la situación.

  • Intentad mantener las rutinas. Con ellas se siente más seguros

    VACÍO por Anna Llenas - Barbara Fiore Editora
  • Dejad que se expresen. Que nos cuenten cómo se sienten, qué piensan al respecto. Validad sus emociones, evitad las expresiones  de “ no llores”, “ no tenemos que estar tristes” porque también hay que sentir la tristeza, hay que dejar que haga su función. Todo esto les ayudará a aprender a gestionar sus emociones con un clima de confianza donde se sientan seguros y libres de expresarse, mostrándonos accesibles y atentos a lo que sienten, dedicándoles tiempo para que se puedan abrir con nosotros.En este sentido hay un libro que nos puede ayudar el libro de Anna Llenas "Vacío".

  • Utilizad los libros como recurso. Como ya os he comentado en otras ocasiones, nos pueden ayudar mucho para ayudar a los niños a expresarse, a iniciar una conversación sobre un tema que queramos tratar. Yo os recomiendo los siguientes:

Como todo lo que nace, de Elisabeth Brami, Tom Schamp (). Libro ... 











Son momentos difíciles para todos, pero también son parte de la vida y es importante saber cómo podemos ayudar a nuestros niños. Por ello, espero haberos ayudado con este post y que cualquier duda que tengáis al respecto me la transmitáis a través de los comentarios.

Un abrazo a todos los que estéis pasando por este trance.

Para la realización de este post he tenido en cuenta la "Guía para las personas que sufren una pérdida en tiempos del Coronavirus " de distintos autores expertos en duelo.

domingo, 29 de marzo de 2020

¿Quitamos el pañal? Pautas para identificar el momento y acompañar el proceso




Sabéis que muchas de mis entradas se basan en situaciones que vivo en mi profesión, con mi familia...de la "vida real", de lo que nos puede preocupar a los padres y madres y cómo poder ayudarnos.
Por ello, os comento lo que me ha sucedido en estos días y que me ha hecho plantearme que, como en mi caso, puede haber muchas familias a las que este confinamiento les haya pillado en estas circunstancias y también les preocupe "el tema del pañal".
Mi hijo tiene dos años y medio, en septiembre comienza el cole y, ya viendo ciertas conductas que me podían indicar que está preparado para quitarle el pañal, me he decidido a quitárselo y, la verdad, considero que ha sido un acierto: lo está consiguiendo y está muy motivado.

Me ha parecido un momento muy adecuado para hacerlo porque:

  • Estamos en un entorno conocido.
  • Ya hemos establecido las rutinas del día a día, y parece que están adaptados a la nueva situación.
  • Tenemos más tiempo para ellos.
  • Al estar en casa todo el día, tiene a su disposición el baño en cada momento que lo necesite.
  • Si lo consigue, será un refuerzo increíble para su autoestima y además tiene una motivación cada día para superarse, avanzar...
Si quieres ver cómo lo puedes hacer tú, sigue leyendo....



Pero, ¿cuáles son los indicadores para saber si podemos iniciar este proceso?


  • la edad: Aunque no se puede generalizar porque hay niñ@s que comienzan antes o después, en torno a los dos años suele ser el momento.
  • una motricidad adecuada para poder vestirse, desvestirse, bajarse la ropa interior, poder sentarse solo en el orinal, subirse a la taza con el adaptador...
  • un nivel de lenguaje que le pueda ayudar a expresar sus necesidades: pueden ser sólo palabras (pis...caca) no hace falta que construya las frases de manera correcta.
  •  vemos que retiene el pis más que antes ya no hace tantas micciones al día sino que las va agrupando en otras de mayor cantidad y más distanciadas en el tiempo.
  • se siente molesto  y nos lo hace saber o nos llama la atención cuando micciona o defeca.
 CUIDADO: hay que basarnos sobre todo en el desarrollo evolutivo del niño. Y un niño muy inmaduro, no debería comenzar a realizar el control de esfínteres. Por otro lado, si se espera demasiado podemos hacer que pierda el interés. Por eso estos indicadores os pueden ayudar a identificar el momento apropiado.

Pero hay uno que he preferido destacarlo, pues debe ser primordial: la MOTIVACIÓN.

No podemos comenzar este proceso con un/a niñ@ al que no le motiva sentarse en el baño, que se niega a hacerlo, no le se puede obligar. 
Si vemos que no quiere sentarse, no nos enfadamos, ni le decimos nada, sugerimos, no obligamos. Ya llegará su momento, quizás no es este.

Hay algunos peques a los que les llama la atención este tema, nos piden que quieren hacerlo pero hay otros que no, por ello, sin obligar podemos motivarles nosotros y ver si quieren iniciarse en este proceso. Por ejemplo:

PUEDO MIRAR TU PAÑAL? | GUIDO VAN GENECHTEN | Comprar libro ...- Yendo al baño con nosotros, les llama mucho la atención cómo lo hacemos, les suele hacer mucha gracia: cómo suena, tirar de la cadena, decirle adiós al pis... etc. Aprendemos por imitación por lo que pueden querer comenzar a hacerlo para ser como papá o mamá.

- Leyéndoles cuentos sobre el tema: Por ejemplo,"¿Puedo mirar tu Pañal? de la editorial SM puede ser muy motivador.


-Si tienen hermanos mayores éstos les suelen animar a hacerlo también, por modelado, y además para ellos son su referente más cercano, quieren ser como ellos.



El PROCESO para quitar el pañal que yo os propongo es el siguiente:


Vamos a acompañarles en el proceso, no obligamos, debe ser algo que fluya y bastante natural.

Podemos seguir uno de los dos métodos que propongo, aunque hay más maneras de hacerlo, que podemos adaptar según  el peque, como vamos a ir respetando sus ritmos, éste nos va a ir marcando qué es lo que necesita.
Tengo dos hijos y cada uno lo ha hecho de manera distinta. Son los siguientes:

  • Si acepta quitarse el pañal directamente:
  1. Le dejaremos sin él, todo el día, menos en la siesta y para dormir.
  2. Le pondremos braguitas o calzoncillos, algo que les motiva muchísimo y, si tenéis la oportunidad de ofrecerles de algún personaje que les guste, más.
  3. Si quiere estar mucho tiempo sentado en el orinal o adaptador, respetárselo. Así hay más probabilidad de que consiga hacer su primer pis y a partir de ahí... la progresión suele ser positiva, es decir, cada vez hace más pises en el baño y va controlando el esfínter. No os preocupéis por la caca, suelen tardar más en controlarla.
  4. Cuando haga pis o caca, hacerle una gran fiesta, saltamos, cantamos, le damos besos, es un avance muy importante para ellos, así que debemos valorárselo y transmitirles que nos importa tanto como a ellos.
  5. Recordadle, de vez en cuando, si quiere ir al baño, dónde está y qué recuerde que puede ir cuando quiera, que podemos acompañarle si lo necesita y que es importante que cuando note que tiene ganas que se aguante hasta que llegue.
  6. Se manchará y tendremos que cambiarle varias mudas, es normal. No le regañaremos, lo normalizaremos y le diremos que se quite la ropa y que se vaya poniendo la nueva. " No pasa nada, ya verás como lo conseguiremos". Debe ser algo positivo. el niño no debe sentirse culpable por hacérselo encima, está aprendiendo, no lo controla todavía. Cada vez se irá manchando menos,
  • Si no acepta estar todo el tiempo sin él:

Es normal, tenemos que tener en cuenta que le ha acompañado durante mucho tiempo, por lo que para ellos es extraño no tenerlo, son sensaciones diferentes, que no conocen y que puede causarles hasta miedo.

Por ello, en este caso lo haremos de manera gradual:

Este método lo dividiré en tres semanas, pero se puede adelantar , cambiar a la siguiente fase o permanecer más tiempo en un punto si vemos que el niño lo necesitase:


Primera semana: 1hora por la mañana y otra por la tarde. Intentaremos que coincida con alguna rutina que el niño pueda asociar (después del desayuno hasta que vemos  un cuento por las mañanas) Le quitamos el pañal durante ese tiempo. Cuando se lo quitemos le sugerimos que esté en el orinal un ratito, no toda la hora ¿eh? y cuando se lo volvamos a poner, otra vez. Si nos lo pide pues también, que vea que estamos interesados. A veces quieren estar constantemente sentados, aunque no salga nada, dejadle, no pasa nada, está motivado, eso es buena señal. Si vemos que va muy bien en dos o tres días pasar a la siguiente fase.

Segunda semana: 2 horas por la mañana y otras 2 por la tarde. Lo mismo que en la anterior pero le ponemos una vez más entre hora y hora si no nos lo pide.Si va fenomenal, pasar a la siguiente fase aunque no haya pasado una semana.

Tercera semana: Toda la mañana, desde que le quitamos el pañal de la noche hasta el de la siesta y, desde el de la siesta hasta el de por la noche.  Le recordaremos varias veces si quiere ponerse  en el orinal... Ya estaremos en el mismo punto que con el primer método.


En este punto deciros, que es posible que en todo ese tiempo sin pañal, el niño no se haga nada encima ni en el orinal. No os preocupéis, es una señal de que está reteniendo y que el proceso va bien. El control de esfínteres es eso: aprender a evacuar y también a retener.

El pañal de la siesta lo quitaremos cuando veamos que se levanta varios días seguidos seco. El de la noche lo mismo, pero por éste no os preocupéis porque es el que se quita más tarde.

RECOMENDACIONES Y CONSEJOS:

Si decidimos quitarlo, lo quitamos. No hay que dar marcha atrás, sólo al principio si vemos que no está siendo positivo para él. Nos os preocupéis hay tiempo y todos terminan lográndolo en su momento. De ahí que al principio de la entrada os haya planteado los indicadores. Hay que estar muy seguros, porque si no es así puede ser muy frustrante tanto para el niño como para los padres.
No os desesperéis, cada niño lleva su propio proceso. Hay niños que en una semana lo pueden conseguir y otros tardan más, lo importante es seguir su ritmo y no forzar, ni para parar ni para acelerar.
No comparar con otros amigos, hermanos, vecinos. Cada niño es único.



Espero que os pueda ayudar este artículo a realizar el proceso y que en este tiempo que tenemos que estar en casa podamos seguir su ritmo de desarrollo.

Para acompañaros en el proceso puedo resolver  vuestras dudas o podéis compartir vuestras experiencias:

- a través de los comentarios del blog,

- a través de @dudasdepapas en Instagram, etiquetadme siempre que tengáis alguna duda y compartid con amigos las publicaciones para poder ayudar al máximo de familias posible.

- a través del grupo de Facebook "Dudas de papás"

- unificaremos publicaciones con el hashtag #sinpañalcondudasdepapas

Un abrazo y ánimo a todas las familias en estos momentos. Está claro que #yomequedoencasa y pero puedo seguir avanzando.






martes, 17 de marzo de 2020

Coronavirus: Guía de supervivencia en casa con niños.


Después de mucho tiempo, reinicio mi andadura en este blog por un parón obligado, no elegido, quizás sea un mensaje de que debía retomarlo...

La situación que estamos viviendo nos ha pillado a todos "por sorpresa". De un día para otro nos han dicho que tenemos que quedarnos en casa con los peques y muchos deben compaginarlo con el teletrabajo.

Por eso, me gustaría que las pautas que os voy a dar os sirvieran para transformar en algo positivo lo que, en un principio, ha podido desbordarnos al no saber qué podemos hacer con ellos 15 días en casa.


¿QUÉ PODEMOS HACER ESTOS DÍAS?

  • Mantener las rutinas: Es fundamental que por estar en casa no caigamos en el error de no seguir un horario similar al que hacemos cuando hay escuela. No son vacaciones, así que, en la medida de lo posible, se deben mantener los mismos horarios (sueño, alimentación, juego,...). esto nos ayudará a que la vuelta sea más llevadera y los peques se sentirán más seguros al seguir una estructura que les guíe a lo largo del día.

  • Seguir una alimentación equilibrada: La alimentación hay que cuidarla mucho en estos momentos. Un capricho puntual, puedes ser positivo, pero en esto también se debe llevar un orden y una disciplina, tanto de horarios como de aporte nutricional. Lo más fácil sería darles lo que sabemos que seguro se van a comer sin esfuerzo pero, precisamente porque podemos dedicarles más tiempo, podemos incidir en que vayan probando nuevos alimentos o, poquito a poco, acepten aquellos que no les gustan tanto pero son buenos para su alimentación. Una idea es seguir el menú que nos sugieren los nutricionistas desde el colegio o la escuela, para seguir una dieta equilibrada, ya que así sabemos que acertaremos seguro.

  • Reforzar las medidas higiénicas: Es un buen momento para trabajar la higiene. Que se laven las manos, no sólo antes de comer, sino después de cualquier actividad de manipulación, que aprendan a limpiarse los mocos y después lavarse las manos, que tosan en un pañuelo o la manga como se nos indica. 

  • Organizar los tiempos: Tiempo de juego, tiempo de trabajo... estructurar el tiempo como si fuera una jornada laboral con un horario. Cuando sea momento de que los padres y/ madres trabajen: dadles actividades que puedan realizar de manera autónoma durante un tiempo largo, en el caso de los más pequeños, que hagan sus tareas del colegio los mayores o turnaros si estáis en pareja para tener más tiempo de trabajo. Cuando sea el momento de jugar juntos, aprovechad y vividlo como un regalo, ya que seguramente habitualmente no tengáis mucho tiempo para hacerlo. 
  • Aprovechar para hacer lo que no podemos hacer nunca por falta de tiempo: Podemos organizar la casa juntos, cada uno a su nivel (mientras organizamos armarios, el peque se puede divertir jugando con la ropa que ya no queremos...), hacer actividades de juego que porque ensucian o porque no las terminaríamos en una situación normal, no las hacemos (puzzle de 1500 piezas con los mayores, receta de repostería...). 

  • Conocernos mejor. A uno mismo y a nuestros hijos: Ante situaciones desconocidas y atípicas reaccionamos de manera distinta. Veamos cómo lo hacemos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. En este caso tenemos más tiempo para pensar, reflexionar, "estar de verdad" con ellos, con  nosotros mismos... En la vorágine del día a día, no tenemos tanto tiempo para observarles, hablar con ellos sobre sus intereses, preocupaciones... ¡aprovechémoslo!. Podemos acercarnos más a ellos. Poned nombre a sus emociones para que puedan expresar lo que sienten. Hablad de vuestros sentimientos con ellos: si estamos enfadados, agobiados, tristes...Es una oportunidad única para ayudarles a gestionar la emociones que, en algunos casos, es la primera vez que sienten. Evidentemente, debemos intentar transmitirles calma y darles ejemplo de cómo hacerlo. El ejemplo educa más que cualquier otra cosa.

  • Dejar también que se aburran. Está bien ayudarles a ocupar el tiempo y seguir una rutina pero no les programemos cada momento, cada instante, es necesario que se aburran, que busquen alternativas de juego que creen ellos mismos. Tendemos en muchas ocasiones a darles las cosas hechas, solucionadas, a veces parecemos animadores socioculturales de nuestros hijos. Vamos a darles la oportunidad a que sean ellos los que, desde el aburrimiento, propongan, creen...que no nos dé miedo la improvisación y el descontrol en un momento determinado, pensad que estamos alimentando su imaginación. En este sentido os traslado a otro artículo que escribí que viene muy al hilo de este tema :Dejad quelos niños... jueguen solos.

Espero que este artículo os ayude y hayáis visto la situación desde otra perspectiva. Son tiempos complicados pero lo superaremos en familia.

Mucho ánimo a todos en estos momentos, lo dice no sólo una psicopedagoga, sino una madre que tiene que pasar estos días con dos peques de 6 y 2 años de edad y la complicación que ello puede suponer cuando no pueden salir a la calle.

Me encantaría, que me contaseis cómo lo estáis llevando en los comentarios.


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martes, 5 de marzo de 2019

¿Y SI DUERME FUERA DE CASA?




Dormir fuera de casa puede ser una gran oportunidad para l@s niñ@s para confirmar su independencia con respecto al adulto, asumir un nuevo reto y vivir otras situaciones diferentes que les sacan de la rutina.
Pero, ¿cuándo es el momento ideal para irse a dormir a otra casa?
No hay una edad concreta sino que está más relacionado con:


  • El nivel de autonomía del niño. Siempre es mucho más sencillo para el niñ@ si sabe vestirse sólo, controla esfínteres, es responsable de sus cosas… pues así no tendrá que depender en exceso de las personas con las que se quede, cuando es una familia fuera de la suya propia. Una excepción es si se queda en casa de los abuelos con los que tiene mucho trato, pues todo será más natural y ambas partes sabrán cuáles son las necesidades del pequeñ@.
  • Si previamente se ha establecido un apego seguro. Niñ@s que están sobreprotegidos, muy dependientes puede que no lo vean como una experiencia positiva. A la vez, los padres y madres de éstos también suelen mostrar mucha ansiedad al respecto y acaban por no animarles a que lo hagan o transmitiéndoles esa inseguridad, en vez de  que lo vean como algo positivo.
  • La personalidad del niño. Si se muestran como niños y niñas más tímidos puede que les cueste, no sólo el juntarse con otros niños, sino gestionar el si les surge cualquier imprevisto o tienen que pedir ayuda.
  • Si conoce a la familia con quien se va a quedar a dormir. Si forma parte de su círculo habitual, será más fácil para ellos, si son sus primeras experiencias. De todas formas, a medida que vayan asistiendo a más situaciones como esta se sentirán cada vez más cómodos.
  • Si ha tenido experiencias previas satisfactorias. Lo ideal es que primero se quede con  las personas que son de su entorno habitual, que les hayan cuidado en otras ocasiones, a ratos ( abuelos, tíos…) y después ya se queden en casa de los amigos.


¿Qué puede aprender de esta experiencia?


  • Solucionar conflictos por sí mismo. Al no tener la figura de referencia  como son los padres para resolverlos tendrán que gestionar la situación ellos solos.
  • Adquirir recursos de relación social. Seguramente haya niños o mayores que a lo mejor no conozca y con los que se relacionará, ampliando de esta manera su círculo habitual.
  • Reafirmarse como persona única e independiente de sus padres. A ellos también les gusta hacer cosas sin nosotros, eso les hace sentirse mayores.
  • Superar miedos viviendo una experiencia positiva. A la oscuridad, a dormir en otra cama,…etc. Aunque nos pueden ayudar objetos de apego o familiares como su manta, su almohada, una luz para dormir… etc.

Es fundamental dar información a la familia que acoge al niñ@ sobre sus necesidades, gustos o dificultades para ayudarle.
En definitiva, dormir fuera de casa puede ser una experiencia que le ayude a madurar y adquirir nuevos recursos y conocimientos.
Espero que os haya resultado interesante el post y os ayude a muchos de vosotros.
Os voy a hacer una sugerencia al respecto por si pensáis invitar a peques a vuestra casa:


Hace poco conocí una manera muy original y positiva de planificar esta experiencia: En el cumpleaños de mi hija mayor, pensé qué hacer que la hiciera ilusión y lo que siempre me ha dicho es que le encanta ir a dormir a otras casas y que vengan a dormir sus primas, sus amigos…etc. Así que me puse en contacto con https://www.ponleuntipi.com/ . Ellos me prepararon todo y la fiesta resultó un éxito.
Yo no conocía esta posibilidad y como nuestra experiencia fue muy buena os la recomiendo.




jueves, 1 de noviembre de 2018

Aprender a equivocarse. Equivocarse para aprender.


"El que no arriesga, no gana"

Es una frase que siempre ha estado presente en mi vida y que tiene mucho que ver  con la posibilidad de equivocarse al tomar una decisión. Eso no quiere decir que las decisiones no deban ser tomadas bajo la reflexión, valorando la mejor opción posible, pero la certeza absoluta de que sea la que nos lleve al éxito no la tendremos. Por lo tanto, siempre tenemos que tener en cuenta que nos podemos equivocar...¡y no pasa nada!. Al menos lo habremos intentado y, por el camino, habremos aprendido.

Evidentemente, los errores no pueden considerarse todos iguales, depende de las consecuencias que conlleven y el nivel de responsabilidad que se tenga.

La equivocación es aprendizaje: cuando estamos aprendiendo solemos caer en el error y, a la vez, ese error nos hace ampliar nuestros conocimientos al valorar qué posibilidad podría ser la correcta o restaurar el error cometido con los recursos adquiridos u otros que añadamos a nuestro repertorio.

Si, esto que comento, lo trasladamos a l@s niñ@s seremos más flexibles ante determinadas conductas y las entenderemos como parte importante de su aprendizaje.

Situación real:

Niño de 18 meses que está aprendiendo sólo a beber en vaso. Se le cae el agua y empapa todo lo que tiene a su alrededor.
Padre o madre  que se enfada mucho, le regaña y le dice que muy mal lo que ha hecho, que no se tira el agua. Recoge lo que ha tirado, no le deja de nuevo el vaso y se le lleva a otra parte para que no vuelva a hacerlo.

Si analizamos esta situación
  • Hay que ver si lo ha tirado porque ha querido, en ese caso es lógico que le digamos que no debería hacerlo o,  simplemente, porque no tiene la destreza suficiente todavía o no ha utilizado los recursos correctos
  • Basándome en la disciplina restaurativa, el niño debería reparar la situación (le podemos dar papel o un trapo para que lo recoja). Si fuera más mayor, a partir de 2-3 años podemos ayudarle a que analice la situación y busque él mismo la solución.
  • Y, por último, si todavía él no es capaz de beber sólo, podemos ofrecerle un apoyo, ayudándole o dejarle que experimente más veces para que finalmente consiga hacerlo solo, animándole para que lo intente nuevamente.

Dicho esto, el aprendizaje, no sólo en l@s niñ@s sino también en los adultos, seguiría esta secuencia:

  1. EXPERIMENTAMOS
  2. NOS EQUIVOCAMOS                                                             APRENDEMOS
  3. RESTAURAMOS EL ERROR
  4. ADQUIRIMOS NUEVOS RECURSOS

¿Qué debemos tener en cuenta como padres y madres con respecto a los errores de nuestr@s hij@s?

👉Para aprender hay que equivocarse: al hacer algo, al tomar decisiones...
👉No debemos castigar el error sino animar a que lo vuelvan a intentar o busquen otras opciones. 
👉Si nos equivocamos, podemos restaurar nuestra equivocación.


¿Qué beneficios conseguirá el niño al actuar de esta forma?

El niño no tendrá miedo a equivocarse, al contrario, aprenderá a hacerlo: éste será el impulso para seguir intentándolo y tolerará mejor la frustración cuando no consiga su objetivo. Y esto, si lo trasladamos a la vida adulta, reducirá muchas de las inseguridades que pueda tener en un futuro.



"El mayor privilegio, la mayor libertad, es no tener nunca miedo de equivocarse" George Steiner.

Si perdemos el miedo a equivocarnos, imaginaros todo lo que podemos aprender...






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sábado, 8 de septiembre de 2018

Disciplina...si es restaurativa, mejor.


Actualmente, aparte de psicopedagoga, maestra y madre, también soy mediadora de conflictos. 

La mediación me ha ayudado a encajar muchas piezas y recursos que había estado utilizando en mi vida profesional y personal de manera intuitiva, me ha hecho ser consciente de las mismas y racionalizarlas. 

Entre estos recursos cabe destacar las prácticas restaurativas que son, básicamente,  aquellas que hacen que los niños asuman las consecuencias sus acciones, reflexionen y reparen el daño causado o busquen una solución a lo que han hecho.

La disciplina restaurativa, como yo la llamo, tiene su base en la justicia restaurativa donde el causante del daño (victimario) sea consciente del mismo y busque la manera de compensar a la persona a la que se ha dañado (víctima), normalmente mediante una nueva acción positiva, implicando a todas las partes del conflicto.

Partiendo de que toda acción tiene una consecuencia, no soy partidaria del castigo sin sentido, es decir, pienso que debemos enseñar a los niños a restaurar-reparar lo que han hecho si no ha estado bien; modificar una acción negativa y transformarla en una positiva, a través de la reflexión acerca de los propios actos, las consecuencias para el otro y uno mismo y la responsabilidad sobre el hecho.


Observar la diferencia:

  • Un niño ha roto un cuento a su hermana. Su madre como respuesta negativa le impone el castigo de no bajar al parque y le dice que tiene que pedirle perdón.

Este es el ejemplo típico de castigo que no hace reflexionar acerca de la acción; la consecuencia, que no es inmediata, no tiene mucho que ver con el hecho en sí, más bien es algo impuesto sin mucho sentido. Tú haces algo y yo te impongo que no vas a hacer esto. El niño no asume la responsabilidad sobre sus actos, no ha tenido opción de reparar el daño.

Desde la disciplina restaurativa se resolvería de la siguiente manera:

  1. Responsabilidad sobre el hecho: ¿qué ha pasado? ¿qué es lo que ha ocurrido? Daríamos la oportunidad al niño para que se explique y se responsabilice.
  2. Reflexión acerca de las consecuencias de sus actos:  ¿cómo crees que se ha sentido tu hermana?¿ está bien romper los libros? ¿ a tí te gustaría que te rompieran algo tuyo? Daríamos voz también a la otra parte para que explique que ha significado para ella el hecho de que le hayan roto el cuento.
  3. Búsqueda de una solución: Puede surgir del que ha hecho el daño o buscar una solución entre ambas partes implicadas. "voy a arreglarlo" "le compraré otro con el dinero de mi hucha" ...
  4. Cómo actuaremos de cara al futuro: para que esto no vuelva a pasar ¿qué debemos hacer? ¿cómo debo manipular un libro para que no se rompa (si ha sido por mal uso)? Si estoy enfadado ¿qué otras cosas puedo hacer en vez de romper el libro a mi hermana?
Ahora reflexionemos nosotros, ¿en cuál de las dos prácticas se adquiere un mayor número de aprendizajes positivos y recursos para el futuro? ¿ lo impuesto sin reflexión educa? ¿ 

Pienso que si enseñamos a los niños a responsabilizarse, de verdad, de sus actos, reflexionando sobre ellos y buscando soluciones de adultos serán personas más seguras, más coherentes, proactivas y empáticas. Además no tendrán miedo a equivocarse porque tendrán recursos para resolver situaciones... pero este es otro tema que me gustaría tratar en otro post...

Está es la manera por la que yo apuesto... ¿y vosotros? 

Espero vuestras reflexiones.





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