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sábado, 14 de febrero de 2015

Los abuelos en la educación de los nietos.

Con la incorporación de la mujer a la vida laboral activa y las jornadas de trabajo interminables, los abuelos han alcanzado un protagonismo en la educación de los niños importante que antes no tenían. En algunos casos, su presencia se manifiesta de manera exclusiva. Pero quisiera que reflexionásemos acerca de lo que podemos encargarles y hasta dónde deben llegar o  podemos "exigir" en este mismo tema.

Espero que con los puntos que voy a tratar a continuación todo esto quede manifiesto:

  • Los abuelos NO tienen la obligación de cuidar de sus nietos. Por ello, debemos agradecerles lo que hacen cuando nosotros faltamos. Si tenemos la suerte de que puedan ayudarnos, valorar lo que hacen.
  • Tienen otra mentalidad, otra edad, otro bagaje. Será muy difícil que estemos de acuerdo en todo y, seguramente, se sorprendan por cuestiones de la crianza actual. No obstante, debemos razonarles el porqué de las cosas, no imponerlas. Pero las decisiones son  nuestras, nosotros somos los padres.
  • Ser comprensivos con sus "formas de hacer las cosas". Ellos suelen hacer lo que creen mejor para los niños, pero también se pueden equivocar. Si lo miramos desde este punto de vista nos ahorraremos muchos enfados.
  • Cada uno en su lugar. No debemos dejar que impongan su criterio si no estamos de acuerdo. Ni debemos pretender que las cosas se hagan tal y como las hemos dicho. La responsabilidad es nuestra, no de ellos.
  • Es bueno que pasen tiempo con los nietos,  deben disfrutar todo lo que puedan de ellos, pero eso no quiere decir que, a la mínima oportunidad y de manera continua, se los dejemos para tener todo el tiempo libre nosotros. Todo en su justa medida.  Ellos también necesitan desconectar, realizar actividades que les gustan, o simplemente descansar.  Además, debemos pensar que todo lo que no vivamos con nuestros hijos no vuelve.
  • Si son muy mayores, tienen sus limitaciones: cuanto más mayores somos más miedos tenemos; en ocasiones, menos recursos, menos paciencia y las cosas nos afectan más.  En más de una ocasión he visto abuelos octogenarios, que casi no pueden ni con ellos mismos, al cuidado de  niños menores de un año. Tengamos un poco de sentido común en estos casos.
  • Si están gran parte del día con ellos, reservaros un momento especial para estar con vuestro hijo. Y si, entre semana, no podéis, los fines de semana.
  • A veces los niños "castigan" a los padres cuando les ven: no se quieren ir con ellos, tienen rabietas,.. Al fin y al cabo son llamadas de atención, no os preocupéis, a veces son etapas, dejad que pasen y, si se alargan mucho en el tiempo, intervenid.
  • No encarguemos el cuidado de nuestro hijo a un abuelo que sólo le vaya a dar caprichos, no esté preparado. No es la única opción, hay muchas alternativas: escuelas infantiles,  casa de niños, personal preparado...
  • Si se puede, intentad que los niños pasen tiempo tanto con los abuelos maternos como los paternos. Los dos tienen derecho y el niño también. Cada parte aportará aprendizajes diferentes que pueden ser beneficiosos para todos.
  • Recomiendo, si es posible, que el niño no esté toda su etapa infantil con los abuelos, por lo menos escolarizarle antes de comenzar el colegio, aunque sea unas horas. Ellos necesitan ampliar su zona de aprendizaje, relacionarse con sus iguales, con otras personas adultas que no sean de la familia y explorar nuevos contextos.
Para terminar: cuidemos a nuestros abuelos, esos que nos ayudan, esos que ahora están. Porque antes eran importantes, pero ahora son imprescindibles.
Espero que os haya gustado.
Podéis contar vuestras experiencias en los comentarios.



domingo, 1 de febrero de 2015

Consejos de alimentación

Ahora que soy madre me he dado cuenta, que más allá de lo que digan los pediatras está lo que el propio niño te va marcando en su desarrollo.
Muchas veces se cae en el error de esperar a que alguien nos diga qué podemos o no hacer con nuestro hijo: cuando puede jugar con construcciones, cuando puede sentarse,...
Todos ellos se basan en escalas de desarrollo que deben ser orientativas, algunos alcanzarán hitos más pronto y otros más tarde. Cada niño es único.
En temas de alimentación pasa lo mismo. Cuándo  introducir el sólido o qué alimentos introducir a qué edad muchas veces depende del pediatra al que se visite. Y, fundamentalmente, introducir los alimentos por separado es cuestión de saber, en el caso de aparecer reacción alérgica (http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/09/las-alergias-e-intolerancias.html), qué alimento la ha producido. No quiero decir que haya que darle garbanzos a un recién nacido, pero sí que sí la ocasión es propicia, se puede adelantar o atrasar, dependiendo del niño, un mes, unos días,...lo que nos va marcando la información que nos dan.
Por todo esto  y otras cuestiones os daré algún consejo que espero os pueda venir bien:


  • Lo más importante es la motivación. Si el niño está predispuesto, si quiere, si nos lo demanda. Y si no es así, habrá que buscar algo que le motive. Los niños buscan un motivo, una recompensa por la que hacer algo: una sensación, un descubrimiento, unas palabras, una conducta que quieren conseguir en los demás, ... (http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/01/la-importancia-del-refuerzo-positivo.html)
  • Seguid el ritmo que nos marca nuestro hijo. Os pongo un ejemplo: mi hija ha marcado su propio ritmo en todo y, en la alimentación también. Tiene un año y no tiene dientes. Comenzó a comer sólido, hace ya meses, ha aprendido a hacerlo sin dientes, no se atraganta, mastica con las encías. Los alimentos también se los introduje antes, porque ella me lo fue pidiendo, le llamaba mucho la atención lo que comíamos y yo se lo fui dando a probar. Cuando vaya a la revisión del año me dirán que le introduzca alimentos que ya come desde hace tiempo. He seguido lo que me ha marcado y haciendo caso a su motivación, a sus ganas. Hay que aprovecharlo, sobre todo en probar cosas nuevas, nuevos sabores, porque si les inhibimos en este aspecto, quizás cuando queramos introducirlo ya no tengan ese interés. Vuelvo a decir que las tablas que nos dan los pediatras son orientattivas.
  • No comparar con otros. ¡Qué malas son las comparaciones! Debemos seguir lo que nos marque nuestro hijo. No caigamos en que el hijo de la vecina hace esto o aquello... Cada uno es distinto.
  • Siempre avanzar. Si ya hemos introducido el sólido, por ejemplo, seguir en esa línea, y buscar una motivación, para que el niño, siga progresando. 
  • Los niños pasan por etapas diferentes. A veces comen mejor y a veces peor. No debemos dejarnos llevar por la preocupación, igual que han comenzado a rechazar alimentos, volverán a probarlos.
  • Paciencia, todo llega. Hay que darle tiempo al tiempo comerán, probarán,... Al final suelen hacerlo todos. Cuanto más normalicemos la situación más rápido llegarán las cosas.
  • Ante distintas problemáticas utilizar los recursos a nuestro alcance(.http://dudasdepapas.blogspot.com.es/2014/01/habitos-de-alimentacion.html)
  • La comida no debe ser una "guerra". No por gritar, forzar,...van a comer más y mejor, evitar esas conductas. Tampoco estar continuamente pendientes pues la motivación de que estemos con ellos puede ser la que reafirme el que no coman.
  • Tened vuestro propio criterio. Vosotros sois los que conocéis a vuestros hijos y, aunque habrá mucha gente que, con buena intención, querrá ayudaros, no os dejéis llevar por todo lo que os digan, coged lo que veáis adecuado. 
Espero queos sirva toda esta información. Hasta el próximo post.