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sábado, 11 de febrero de 2017

Deberes: tener o no tener, esa no es la cuestión.


La polémica que ha suscitado el tema de los deberes en este país, ha abierto de nuevo la brecha entre padres y profesores. Y, realmente, quizás no sea éste el verdadero problema de la educación en España. La falta de unidad educativa entre todos los agentes que intervienen en la educación  de nuestros hijos, es patente y, ahí es desde donde deberíamos comenzar a trabajar.

 Pero, partiendo de mi opinión personal, en cuanto al tema que nos ocupa: los deberes; sinceramente, a mí no me parece que deban desaparecer, tienen su función.

Que el alumno sea capaz de:
  • buscar información utilizando distintos recursos*
  • crear un hábito de trabajo diario
  • organizar su tiempo
  • saber cuáles son sus limitaciones y sus dudas respecto a una materia concreta
  • afianzar lo aprendido en clase
  • resolver situaciones y problemas de manera autónoma
  • adquirir recursos de aprendizaje que le servirán para su vida: escolar o personal.

Pero para cumplir todo esto deben ser:

  • Asequibles: que el niño pueda realizarlos por sí mismo, de manera autónoma. Es muy necesario que tenga su momento solo para la realización de estas tareas. Que puedan consultar a los padres una duda, es normal, pero no debemos caer en que éstos se sienten todos los días a hacer los deberes con su hijo. Me he encontrado en alguna ocasión ejercicios realizados perfectamente o corregidos en casa por los padres.¡ No pasa nada si el niño se equivoca o no lo sabe hacer ! Lo importante es que le haya servido para conocer sus limitaciones, o ver que hay algo que no entiende para planteárselo al profesor al día siguiente. También pueden utilizar otros recursos como la consulta a libros, internet, compañeros que dominan mejor la materia...
  • Significativos: que persigan un objetivo real de aprendizaje, que le aporten experiencias que complementen lo que se ha trabajado en el horario lectivo.
  • Dirigidos al momento evolutivo y de aprendizaje en el que se encuentra el niño. Cuanto más personalizados sean mejor, se deberían individualizar de alguna manera, en función de las necesidades educativas de cada niño. ¿Por qué limitar a un niño que puede ir más allá a quedarse estancado en su aprendizaje? ¿u otro que necesita actividades de refuerzo porque no ha asimilado un concepto todavía? Por cuestiones de ratio, sabemos que es difícil, pero de esta manera también podemos llegar a esa enseñanza individualizada y heterogénea que llevamos tiempo persiguiendo.
  • No excesivos. Evidentemente, el que trabajen  en las tareas un tiempo razonable para su edad al día y en el fin de semana, lo veo necesario para crear un hábito de trabajo, responsabilidad y aprender a organizarse el tiempo. En infantil y primaria, deben también tener tiempo para jugar, relacionarse con otros niños, fuera del ámbito escolar, y descansar. Cargar a los niños con tareas, deberes, actividades extraescolares de manera exagerada, les quita de adquirir otros aprendizajes para la vida que son necesarios: las habilidades sociales. Si tenemos muchos conocimientos, pero luego no sabemos transmitirlos, desenvolvernos en el día a día de nuestras vidas... de poco nos van a servir. Por otro lado, propongo que exista una coordinación real entre los profesores que imparten diferentes materias, para no cargar excesivamente a los niños en este sentido.
  • Motivadores. En vez de  una carga, transmitir a los niños algo interesante, un reto, conectar realmente con sus intereses, eso es lo que debemos perseguir.
  • No confundir con otro tipo de actividades en los que se pide la colaboración de las familias. Cuando se pide, por parte de los profesores que hagan actividades juntos (Felicitación de Navidad, figura para una exposición,...) lo que se persigue es que se haga entre todos,  juntos, que pasen ese momento e imaginen cómo lo van a hacer...etc, no hace falta que quede perfecto, ni que sólo lo hagan los padres.


Resultado de imagen de los deberes


Cada uno tendrá su visión y opinión al respecto. Me gustaría que la diéseis en los comentarios del blog.
De todas formas espero haberos dado una visión completa y diferente de este tema, que parece que está de plena actualidad.


*En la búsqueda de información o ayuda, de manera autónoma, por parte de los alumnos, he descubierto una página que se llama TUTORBOX.  Aunque, está más dirigido hacia alumnos de secundaria en adelante, es un recurso para consultar sus dudas de manera inmediata o a corto plazo, donde pueden ser respondidos por tutores profesionales u otros compañeros a los que se les da bien una materia determinada. Parece una buena idea ¿no? 


6 comentarios:

  1. Yo estoy de acuerdo en que los deberes, dentro de una lógica, son necesarios. Me hace gracia al extremo que se llevan ahora las cosas por parte de bastantes padres, cuando, muchos de esos padres, enarbolan la bandera del tiempo de juego y disfrute de los niños, niños a los que tienen en mil y una actividad extraescolar.

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    1. Podemos tener de las dos cosas si se plantea todo de manera coherente.
      Muchas gracias por tu comentario

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  2. Excelente, muy bien explicado Cristina. Totalmente de acuerdo. Yo hasta ahora no he tenido problema con los deberes de Kentia. Los hace ella sola y no son excesivos. Si algo no entiende me lo pregunta, pero en general se maneja bastante bien. También tiene extraescolares y aún le da tiempo a jugar y ver un poco la televisión. Un beso

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    1. Fenomenal! Ese es el objetivo!
      Un besazo. Gracias por tu comentario

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  3. Yo creo que lo que se pone en tela de juicio normalmente no son los beneficios de que un niño realice X actividades por encargo, de manera autónoma y en un plazo de tiempo determinado, sino que deba hacerlas "en su casa".

    En el propio colegio, donde los niños se pasan un tercio del día (o más) natural, es decir, contando las 24h, y la mitad del día vivido, si restamos 8h para dormir, se pueden buscar espacios para que el niño se beneficie de este tipo de actividades. El argumento no es que "la tarea" sea inútil, sino que es un despropósito que "se añada" a la "jornada escolar".

    De hecho, incluso, si pensamos más allá, va en contra de los propios adultos. Si hoy en día se intenta luchar por horarios laborales que permitan la conciliación, ¿qué sentido tiene pedir a un niño que prolongue las actividades escolares en su casa, cuando puede hacerlo ahí, en el lugar destinado para ello?

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    1. Un argumento muy valioso, es otra visión diferente pero bastante coherente. Muchas gracias

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