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miércoles, 22 de enero de 2014

Hábitos de alimentación


Atendiendo a algunas de vuestras sugerencias, que espero sigáis proponiendo, el tema al que dedico esta entrada es el establecimiento de los hábitos de alimentación.
Siguiendo la línea que me he propuesto  en el blog, no atenderé a la parte de  la alimentación sana, en ello no soy especialista, sino que me interesa más mostraros cuáles deben ser las rutinas, conductas,..  que deben adquirir los niños en base al acto de alimentarse. Y vosotros, ya seáis padres o profesionales de la educación debéis fomentarlas, pues sois una parte muy importante en las mismas.

¿Cómo instauraremos este hábito?

  • Estableciendo un horario: Aproximado, no tiene que ser exacto, pero que se repita en el tiempo, pues los niños hasta que aprenden las horas no son conscientes de la estructuración del mismo, pero sí se fijan en las actividades que preceden a este acto por la sucesión de rutinas a lo largo del día. Esto les dará seguridad. (ejemplo: si entre diario juega, se baña y cena, hacerlo así todos los días, no le cambiamos el orden). Los fines de semana se puede ser más flexible y, de hecho, se debe, hay que seguir un orden pero sin obsesionarse
  • Tiene que tener un sitio fijo para comer: no comemos un día en la cocina, otro en el salón, ni corriendo por el pasillo...jijiji. El niño tiene que ver que la comida tiene su importancia y lleva su rito particular.
  • Siempre se lavará las manos antes de comer, no hay excusas y, si tiene una edad adecuada ayudará a poner la mesa. Le mandaremos mensajes positivos cuando lo haga: " ¡qué bien! Me encanta que me ayudes". Le haremo saber que tiene una responsabilidad importante en este aspecto:" Menos mal que has puesto las servilletas, si no, ´¿cómo nos íbamos a limpiar?"
Pero ¿qué ocurre cuando surge alguna dificultad ? A continuación os planteo posibles PROBLEMAS Y SOLUCIONES. Evidentemente, me refiero a aquellas  conductas que se siguen dando cuando a su edad deberían estar extinguidas.

- No come sólido. En este caso debemos dividir el método para volver a introducirlo en diferentes pasos. Primero se hace el puré menos triturado, se le va añadiendo trocitos,  se le da alimentos sólidos que le gusten o le llamen la atención y, por último, se le da todo tipo de comida sólida. He visto muchos casos de niños que comen sólido selectivamente, me explico, que no se comen el filete, pero con el bocadillo de nocilla, no tienen ningún problema. Claramente no es por algo fisiológico. Cada vez que el niño coma algo sólido le premiaremos al final de la comida con alguna pegatina,  pintándole un muñequito en la mano... y si no se lo come, paciencia, le insistimos con tranquilidad cada dos o tres minutos. El niño debe asociar el acto de comer con algo agradable y positivo, no como un campo de batalla. Por otro lado, hay algo que no se suele tener en cuenta y es que cuanto más sólido coman, menos les costará la próxima vez. Es práctica, como hablar, como escribir, como tantos y tantos actos que acabamos automatizando. Muchos problemas asociados a la articulación del habla vienen por mantener la alimentación con purés y retrasar o no introducir el sólido. El acto de comer hace que ejercitemos la lengua, los músculos de la boca... A veces no nos damos cuenta de que algunas conductas pueden afectar a áreas concretas porque no sabemos la relación que hay entre ellas.

- Nos pide que le demos de comer. Un niño con tres años, puede comer perfectamente solo, a veces tendremos que ayudarles ( a partir el filete, a terminar la sopa), pero tienen que aprender, y si nosotros  se lo damos, puede ser muy cómodo y muy rápido pero es algo que debe hacer tarde o temprano y así no le estamos  beneficiando en nada. La solución sería, de manera progresiva, ir dejándole que lo haga solo: "unas cucharadas tú, otras yo" "tu el primer plato, yo el segundo"... hasta que lo haga totalmente solo y ya sabéis premiándole verbalmente o al final con algo que le llame la atención. Si se niega... no se lo damos, no damos pasos para atrás, no le decimos nada, él se dará cuenta que no obtiene ningún beneficio de esta manera. Se le quita el plato, cuando pase el tiempo que consideremos adecuado,  y ya está. Y ya sabéis, cara de " no me está afectando en absoluto tu comportamiento".

- Tarda mucho comiendo. Yo recomiendo: o tener un reloj analógico cerca o utilizar un reloj de arena. Tanto para el primer plato, como para el segundo y el postre. Un niño en tres cuartos de hora o una hora puede comer tranquilamente y bien.  Así que le avisaremos de cuál va a ser su tiempo: si sabe leer las horas, le decimos a que hora debe terminar cada plato; si no sabe, con el reloj le decimos dónde llegará la aguja larga y con el reloj de arena, que es muy gráfico para ellos y les encanta ( yo lo utilizo para recoger la clase), le diremos, tienes tres relojes para el primero, tres para el segundo...
Si tarda menos de lo habitual o come en el tiempo establecido...premio. Si se pasa el tiempo, se pasa al siguiente plato o se retira la comida. Un niño que no ha comido en ese tiempo, ni le va a encontrar sentido a lo que está haciendo, ni va a comer mucho más.

- Come poco o no quiere comer: Si es de tipo conductual, he comprobado que la manera en que presentemos al niño la comida influye mucho.  Es mejor presentársela plato a plato y con poca comida, que toda junta y a rebosar. Los niños cuando ven mucha cantidad de comida se agobian, se les hace cuesta arriba y piensan que no van a terminar nunca.  Sin embargo, si ven que es poco que la pueden terminar ellos solos, se animan y no les parece que comer sea una tortura. Al principio presentaremos menos comida y poco a poco le pondremos más según pasen los días, hasta que lleguen a lo normal para ellos. Un truco: cuando son pequeños  hasta los seis años se les puede engañar un poquito con el plato. Echándole lo mismo en un plato grande o en uno pequeño, siempre preferirán el pequeño. O también si es puré o legumbres... si ven pronto el fondo se animan mucho.

- No quiere probar algo nuevo. Dividiremos en pasos también. Un día lo tocará, otro lo olerá, otro lo chupará, hasta que lo coma.

- No come algunos alimentos concretos porque no les gusta. Aquí es donde pienso que la cantidad no importa, lo que importa es que coman una parte por lo menos. Es mejor que coman un poquito de lentejas, por ejemplo, y el resto de la comida, que ponerle un plato enorme y no coma casi nada, se tire delante del plato una hora y al final se lo acabemos dando de mala manera o gritándole.  Aquí se puede negociar con ellos: por cucharadas... por trozos...etc.

- No está sentado mientras come: Esto no suele pasar de un día para otro, se suele haber establecido porque hemos cedido en algún momento y le hemos dado de comer al niño por el pasillo, mientras juega...etc. Así que la mejor solución es no empezar a hacer todas estas cosas. Cuando se está comiendo, se está sentado y bien sentado. Si lo hace bien luego podrá ir a hacer todas las cosas que quería. Aquí se vuelve a  controlar el tiempo que debe durar la comida. Nosotros no nos debemos levantar si el  niño lo hace, porque también somos un ejemplo, y cuando  se come no hay que levantarse hasta que se termine. Si el niño se levanta, le indicamos que debe sentarse, no le damos la comida ni le perseguimos. Y según vaya pasando el tiempo le retiramos los platos, si no se sienta, no come. Ya sabéis sin gritos y todo muy tranquilo, nosotros seguimos comiendo como si nada. Si consigue sentarse por un tiempo prolongado, reforzamos positivamente, si no, no puede hacer lo que pensaba previamente, le cambiamos la actividad.

Otros aspectos a tener en cuenta:

- Si se puede comer todos juntos mejor. Si un niño come solo sabe que tiene toda la atención para él. Además el momento de la comida es un momento muy familiar, donde todos podemos hablar de lo que nos ha sucedido en el día, si hay algo que nos preocupa...etc. Si el niño habla mucho, con el control del tiempo lo tenemos solucionado.
- No se come con la televisión puesta : Por lo que anteriormente he dicho, es cuando podemos hablar todos y, si el niño está viendo los dibujos mientras come se puede distraer, pierde el interés por la comida...  La televisión debería ser para estar un ratito viéndola después de comer.
- Si no ha comido cuando debía no se le da comida hasta que le vuelva a tocar comer. Cuando el niño tenga hambre comerá.  Pero, ¿ de qué sirve todo el trabajo que hemos hecho durante la comida si después le damos tres yogures porque es lo que le gusta? Nos habremos esforzado para nada.
Somos su ejemplo, por lo tanto no podemos pedir que coman verdura, si nosotros no la comemos, que no estén pendientes de la televisión si nosotros nos quedamos absortos con ella, ...etc
- Tener muuuuuuuuucha paciencia. La alimentación de los niños es una de las cosas que más nos puede desesperar. Pero hay que pensar que nosotros somos los adultos, los que debemos manejar la situación y mantener el control, y no el niño. Porque, en muchas ocasiones, los niños utilizan la alimentación por esto mismo, porque nos desespera, para tener su "momento de gloria", para bien o para mal.
- Y ya sabéis, si hace algo bien....reforzárselo.

El tema de la alimentación es muy extenso, yo sólo he plasmado una pequeña parte, la que creo que os puede ayudar. Pero si tenéis alguna duda o sugerencia, en el apartado de comentarios estaré encantada de resolverla. 

Una última cosa: No puedo evitar dedicarle esta entrada a mi madre y mi tía Pacita, que tanto lucharon conmigo para que yo comiera de pequeña... Y cómo véis aquí estoy... y me he quedado muchas veces sin comer,..y como de todo y fenomenal. ¡Ja,ja,ja!



 

2 comentarios:

  1. Muy buen tema y muy buenos consejos. La verdad que lo de la comida desespera mucho.
    Sigue con este gran blog que sirve de gran ayuda.

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