- Cada día reciben información al respecto, directa o indirectamente que puede ser de hechos negtativos (en las noticias, conclusiones que sacan de nuestras conversaciones, cuando hemos hablado con ellos sobre el tema, noticias de algún familiar o conocido que lo tiene, algún fallecido del que nos han dado la noticia...).
- La situación familiar, aunque se intente llevar lo mejor posible, refleja, estrés, incertidumbre,... Sinceramente, ahora mismo no podemos hablar de conciliación. Lo que tenemos ahora es un " potaje" de niños, casa y trabajo sin delimitación ni en el espacio ni en el tiempo, todo está muy difuso...
- Para las salidas hay una serie de limitaciones que les hemos tenido que explicar, que son nuevas para ellos y que se basan en un contexto muy diferente al que estaban acostumbrados, enviándoles el mensaje implícito de "¡Cuidado que...!"
- Nuestros hábitos han cambiado, en algunos casos, si salimos y tocamos algo, nos tenemos que lavar las manos, cuando vamos fuera de casa y volvemos también, ya no sólo cuando vamos a comer o vamos al baño... vamos con mascarilla y no nos la podemos quitar, ni tocar. Cuanto menos, extraño para ellos y sospechoso.
- Les advertimos que si vemos a un amigo, no se pueden acercar, le pueden saludar desde lejos, pero no podemos jugar con él,...todo muy raro...
Ante esta situación, podemos ponernos en su lugar y no es raro, en absoluto, que haya personas y, en este caso, niñ@s que no quieran salir de casa. Lo llaman el "síndrome de la cabaña", pero es eso: miedo, ansiedad por no poder tener todo controlado si salimos. Por eso en casa,que es el entorno en el que han estado tanto tiempo y donde se pueden desenvolver de manera espontánea, se sienten protegidos.
Y si les pasa esto...¿Qué podemos hacer?
- Comentarle que es normal tener miedo ante situaciones desconocidas, o diferentes a las que estamos acostumbrados, que el miedo es una emoción más y que tiene una función, que es la de protegernos, pero que no debe superarnos y que para vencer el miedo debemos hacer, precisamente, lo que nos da miedo. En este caso salir a la calle. Que vamos a respetar cómo quiere hacerlo pero que por eso nos podemos perder cosas bonitas, importantes, nuevas que en casa no vamos a vivir.
- Respetar si no quiere salir. No hay que obligar, eso puede ser contraproducente. Debemos respetar hasta cuando esté preparad@.
- Animarle para dar pequeños pasos cada día. Lo que sí podemos hacer es animarle a que vaya avanzando poquito a poco. Un día, hasta le portal, otro nos quedamos un poquito en la acera de casa, al día siguiente cruzamos... Haremos una desensibilización, pero siempre respetando su ritmo, animando, pero no forzando.
- Comentarle cuál va a ser la ruta previamente para que sepa por dónde vamos a ir. Esto le dará una mayor sensación de control. Según vaya avanzando podemos hacerle que sobre la marcha él decida por dónde vamos " ahora por aquí, ahora giramos..." Eso les va a motivar mucho porque es como un juego. Hasta que no haya que decirle nada y que disfrute sin más.
- Motivarle con actividades que le puedan gustar, que le diviertan y se anime a salir para poder hacerlo y por otro lado le distraiga de esos pensamientos ( " me voy a contagiar") y vea que finalmente se lo ha pasado bien, a pesar de todo. "¿Y si jugamos a la rayuela?, ¿te parece bien que echemos una carrera a ver quién llega antes a...?el que gane elije qué cenamos. ¿Hacemos un dibujo de la flor que más te guste que veamos por el camino?". Si lo hacemos antes de salir le motivará y visualizará esos momentos divertidos.
- Cuando volvamos, preguntarle si le ha gustado el paseo, que vea que no ha pasado nada por salir. Esto es muy importante, además al verbalizarlo, el cerebro guarda esta información y poco a poco irá asimilando que salir a la calle no es una amenaza real. ¿Ves como no ha pasado nada? ¿Te lo has pasado bien? Además podemos hacer una lista cuando lleguemos a casa de cosas que nos han gustado: " he visto a mi vecino, me he reído cuando mamá me ha hecho cosquillas..." Guardaremos bonitos recuerdos. También si ha pasado mal rato, pero lo ha superado, decírselo y valorárselo "¿a que no ha pasado nada malo? Estoy muy orgullosa de tí, porque aunque has pasado miedo, te has enfrentado a él."
- Elaborar una lista de cosas que hemos descubierto en nuestro paseo. Cuando salga verá que hay cosas de su entorno que han cambiado, que estamos en primavera y verá flores que antes no estaban, las nubes en el cielo que hacen formas...
- Hablarle de la importancia de mover el cuerpo, correr, andar, saltar para su beneficio. "Para estar sano, también es importante, correr, pasear, tomar el aire, que nos dé el sol..."y esto podemos hacerlo si bajamos a la calle.
- Si ya salía y ahora no quiere...Le hacemos referencia a las cosas positivas y situaciones que le han sucedido cuando ha salido que le han gustado.
Es normal que, a lo mejor, lleve muchos días saliendo ya muy content@ y vuelva para atrás, ya que la evolución de las emociones no es lineal, es decir, pueden dar dos pasos adelante, luego dos para atrás... Tened paciencia y, sobre todo, poneros en su lugar, intentad verlo a través de sus ojos.
Estos son las pautas que os recomiendo seguir para que como padres y madres podáis ayudar a vuestr@s hij@s a gestionar la situación. Pero si véis que no mejora, que perdura mucho en el tiempo o que la angustia es excesiva, recomiendo consultar con un especialista que, además de acompañarnos en el proceso, lo puede hacer totalmente individualizado y adaptado a cada caso.
Espero haberos ayudado.
Me encantaría que me escribierais vuestras experiencias al respecto en los comentarios.
Y recordad que Todo saldrá bien🌈