En mi trabajo como psicopedagoga, me encuentro con muchas consultas acerca de los hábitos de alimentación y una, muy recurrente, es la que me plantean los padres preocupados porque su hijo no quiere comer sólido, con dos años sigue prefiriendo los purés.
Un error, muy típico, es alargar en exceso a introducción del sólido. Unas veces por comodidad ( es más rápido y más fácil dar un puré), otras por miedo ( esperan a que les salgan todos los dientes a los niños para que puedan masticar y no se atraganten) y otras porque creen que con el puré se alimentan mejor y comen más cantidad.
Yo recomiendo introducir el sólido en función de la aparición de la motivación del niño por probarlo, aproximadamente en torno a los seis meses, aprovechando el momento en el que nosotros comemos. Los colores, las diferentes texturas, sabores...les llamarán la atención y esa curiosidad crecerá para ampliar la variedad de alimentos que comen, siempre de una manera complementaria a la leche materna o la leche de fórmula, dependiendo de cada opción personal, y el puré. Comenzando con alimentos más blanditos, que se deshacen, hasta llegar a trocitos pequeños que pueden masticar. Respetando la introducción paulatina de los alimentos por la identificación de las alergias e intolerancias.
Esto que comento no va muy desencaminado hacia lo que propone el Baby Led Weaning, una nueva corriente bastante extendida en Estados Unidos y que comienza a extenderse por Europa.
Sus características son las siguientes:
Un error, muy típico, es alargar en exceso a introducción del sólido. Unas veces por comodidad ( es más rápido y más fácil dar un puré), otras por miedo ( esperan a que les salgan todos los dientes a los niños para que puedan masticar y no se atraganten) y otras porque creen que con el puré se alimentan mejor y comen más cantidad.
Yo recomiendo introducir el sólido en función de la aparición de la motivación del niño por probarlo, aproximadamente en torno a los seis meses, aprovechando el momento en el que nosotros comemos. Los colores, las diferentes texturas, sabores...les llamarán la atención y esa curiosidad crecerá para ampliar la variedad de alimentos que comen, siempre de una manera complementaria a la leche materna o la leche de fórmula, dependiendo de cada opción personal, y el puré. Comenzando con alimentos más blanditos, que se deshacen, hasta llegar a trocitos pequeños que pueden masticar. Respetando la introducción paulatina de los alimentos por la identificación de las alergias e intolerancias.
Esto que comento no va muy desencaminado hacia lo que propone el Baby Led Weaning, una nueva corriente bastante extendida en Estados Unidos y que comienza a extenderse por Europa.
Sus características son las siguientes:
- Introducción de los alimentos sólidos a partir de los seis meses sin pasar por el puré. Los alimentos no se trituran, se dan en trozos lo suficientemente grandes para que el niño pueda cogerlos y llevárselos a la boca sólo
- Es complementario a la lactancia materna prolongada
- No se les pone plato ni cubiertos, de lo que se trata es que el niño explore los alimentos con las manos y la boca, de manera que sea consciente de las texturas que va probando. El descubrimiento a través de la exploración es el objetivo
- Hacerle partícipe de su propio aprendizaje, que sea activo, no pasivo como en el caso del puré.
- Involucrarle en las comidas familiares, que nos tome como modelo. No hay que hacer otra comida, come lo que el resto de la familia.
- Se sigue la misma progresión de introducción de alimentos que recomiendan los pediatras: cereales, verduras, hortalizas, pollo, carne,....
- Aunque no tengan dientes se puede hacer, pues los niños pueden masticar con las mandíbulas.
- Tiene base científica y está recomendado por la OMS
Poniendo un poco de humor al asunto, sin duda, muchos abuelos se llevarán las manos a la cabeza cuando lo vean. Comentarios como " con el puré come más y mejor y es más rápido " " menuda guarrería está haciendo, lo está poniendo todo perdido" " se va a atragantar...!!!!"....etc.
Teniendo en cuenta todo esto, me gustaría que quien lo esté practicando nos cuente su experiencia en los comentarios y nos ilustre al respecto.
También me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿ es viable en las Escuelas Infantiles? ¿ de qué manera habría que cambiar el modelo actual? ¿ estaríamos dispuestos a que las cuotas se encarecieran por el incremento de personal, puesto que no es lo mismo hacerlo con un niño que con 8 ( bebés) o 15 (1-2)?
Espero vuestros comentarios y experiencias.